Se calcula que en la minería del oro artesanal y en pequeña escala, o MAPE, participan entre 10 y 15 millones de mineros, de los cuales 4,5 millones son mujeres y 1 millón son niños. La MAPE es una fuente de ingresos de gran importancia para los mineros, especialmente en comunidades y regiones rurales donde las alternativas económicas son sumamente limitadas. Si bien estas minas son pequeñas, contribuyen significativamente al desarrollo local, se estima que alrededor de 100 millones de personas en más de 55 países dependen indirectamente de esta actividad para subsistir. El 20% del oro del mundo es producido por mineros artesanales y pequeños productores, lo que equivale a entre 500 y 800 toneladas anuales.
El 20% del oro del mundo es producido por mineros artesanales y pequeños productores, lo que equivale a entre 500 y 800 toneladas anuales.
El mayor problema que presenta la minería artesanal es el empleo de mercurio para separar y extraer el oro de las rocas o piedras en las que se encuentra. Para procesar el mineral se utilizan grandes cantidades de mercurio, a menudo en condiciones inseguras y peligrosas para el medio ambiente y la salud humana. La MAPE es, por sí sola, la mayor fuente de liberación intencional de mercurio en el mundo. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en 2015, se emitieron unas 800 toneladas de mercurio al aire, aproximadamente el 38% del total mundial, y también unas 1200 toneladas de mercurio a la tierra y al agua.
La MAPE es, por sí sola, la mayor fuente de liberación intencional de mercurio en el mundo.
La intoxicación por mercurio no solo representa una amenaza grave y directa para la salud de las personas que trabajan en el sector y la de los habitantes de las comunidades cercanas, sino que también genera una extensa degradación del medio ambiente y una contaminación del ecosistema, efectos que pueden perdurar durante varias décadas después del cese de las actividades mineras.
Reducir las emisiones de mercurio y las liberaciones de la minería es un objetivo clave del Convenio de Minamata, que requiere que los países con minería de oro en pequeña escala elaboren planes de acción nacionales para reducir o eliminar el mercurio del sector. Pero a pesar que la venta de mercurio para uso en minería está prohibida, no ha sido posible detener la comercialización del mismo y continúa siendo utilizado en grandes cantidades a lo largo del mundo.
Sin lugar a dudas, la extracción de oro artesanal y en pequeña escala continuará siendo una fuente importante de subsistencia en el mundo en desarrollo, de manera que es necesario encontrar soluciones definitivas que eliminen la necesidad de utilizar mercurio, minimizando el daño a las personas y al planeta.
Los gobiernos deben facilitar la integración de los mineros artesanales y de pequeña escala en el sector estructurado de la economía y alentar a las comunidades a organizarse para producir y comercializar ‘oro limpio’ en el mercado a un valor más alto. Para esto será necesario prestar apoyo y capacitación con el fin de reemplazar el uso del mercurio, mediante la aplicación de prácticas responsables y tecnologías capaces de mitigar los efectos sobre el medio ambiente y la salud humana.
Hasta el momento no existía una tecnología limpia y segura que pudiera reemplazar al mercurio en la minería de oro en procesos artesanales y a pequeña escala. CleanMining ha desarrollado tal tecnología, creando un reagente que sustituye completamente al mercurio, un producto no-tóxico, amigable con el medio ambiente y comercialmente viable.
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